CUENTOS DE VERANO VI - ESCUELA DE VERANO PARA ESCRITORES (JULIO)
noviembre 09, 2016
¡Retomamos los cuentos de verano! Después de un tiempo sin subir, por fin os traigo el penúltimo relato. Esta vez, el relato es de Laura, una chica con un talento precioso para la escritura que ganó con el reto 6. Este reto es de ciencia ficción y consistía en escribir un pequeño relato a partir de las primeras dos frases.
Lo que MÁS me gustó de este relato fue sin duda el toque de romanticismo que Laura supo mezclar con todo el resto de los elementos. Me encantó, ¡y estoy segura que a vosotros os va a enamorar también! Os dejo con ella para que la conozcáis un poquito más (visitéis sus redes sociales y su blog) y sobre todo, disfrutéis leyéndola (¡que es un gustazo!).
LAURA - GANADORA DEL RETO 6
A finales del pasado año comencé a escribir en un blog sobre literatura, escritura y otras formas de contar historias. Utilizo el pseudónimo de Logan R. Kyle, por lo menos en el blog, para separar a mi yo fotógrafa —que está por todo el ciber espacio— de mi yo narrativa. Adoro la fantasía y la ciencia ficción; y me encanta encontrarme con historias emocionantes y carentes de estereotipos.
El taller de Alicia me pareció una idea genial para retomar la escritura de relatos cortos. Me cuesta ceñirme a pocas páginas, soy de las que lo cuentan todo, así que la tijera es mi mejor amiga en la corrección.
Mientras escribo estas líneas me encuentro en el largo proceso de corrección y reescritura de una novela, la primera de una serie de cuatro, de fantasía.
Para seguirme como Logan R. Kyle podéis encontrarme en facebook, twitter o instagram. Para seguirme como Lau Cleo me encontraréis en facebook e instagram. Además de mi blog: www.loganrkyle.com
CUENTO 6
—¿Qué haces con el uniforme? Te dije que no te lo pusieras. A la gente no le gusta recordar que estamos en guerra.
—¿A quién le importa el uniforme? —dijo Jhon—. ¿No debería importarnos más el hecho de llevar armas a la vista?
—Todo el mundo lleva armas, imbécil —la comandante frunció los labios con exasperación—. Quítate eso ahora mismo.
John obedeció y se marchó a los barracones a quitarse el uniforme. Allí estaba Darla, que hacía flexiones junto a su cama.
—¿No es un poco pronto? —preguntó John.
Darla se incorporó y se secó el sudor de la frente con una toalla.
—Nunca es pronto. Ni tarde —dijo con voz entrecortada—. ¿Debería estar orgullosa, no?
John se vestía con ropa de civil mientras observaba a la teniente.
—Deberías estar satisfecha. Deberías sentirte bien.
—Pues no estoy bien. ¿Qué coño debo hacer ahora?
—Has matado a un montón de esos bichos, como se llamen. —John se sentó para atarse los cordones de las botas—. Mejor ellos que nosotros.
John se levantó y salieron juntos de los barracones.
—Podría largarme de aquí y nadie se daría cuenta —dijo Darla.
—Podrías. Pero ¿qué sería de mí? —dijo John en tono meloso mientras le pasaba el brazo sutilmente por la cintura.
—En serio. No quiero seguir haciendo esto. —Darla se paró en seco. Junto a la cafetería había una palmera envuelta en llamas, el sol cada vez estaba más cerca. Apenas salían durante el día y las gafas que les proporcionaba el ejército eran útiles solo durante un par de horas.
—Solo son como nosotros por fuera —dijo John.
—No creo que aguante esto mucho más. Nos utilizan. —Darla cogió a John del brazo y se refugiaron del sol junto al tejadillo de la cafetería—. Esta noche se acabó.
—Está bien. Pero será complicado, todos te adoran por tu faceta asesina y no te dejarán sola ni un segundo.
—Durante la emboscada echa a correr hacia las colinas rojas. Nos veremos en la cima a media noche.
Se fundieron en un beso caliente y agotador, cerrando un trato que les podría costar la vida a ambos pero que les daría la libertad de decidir a quién matar y a quién no durante el resto de su existencia.
—¿A quién le importa el uniforme? —dijo Jhon—. ¿No debería importarnos más el hecho de llevar armas a la vista?
—Todo el mundo lleva armas, imbécil —la comandante frunció los labios con exasperación—. Quítate eso ahora mismo.
John obedeció y se marchó a los barracones a quitarse el uniforme. Allí estaba Darla, que hacía flexiones junto a su cama.
—¿No es un poco pronto? —preguntó John.
Darla se incorporó y se secó el sudor de la frente con una toalla.
—Nunca es pronto. Ni tarde —dijo con voz entrecortada—. ¿Debería estar orgullosa, no?
John se vestía con ropa de civil mientras observaba a la teniente.
—Deberías estar satisfecha. Deberías sentirte bien.
—Pues no estoy bien. ¿Qué coño debo hacer ahora?
—Has matado a un montón de esos bichos, como se llamen. —John se sentó para atarse los cordones de las botas—. Mejor ellos que nosotros.
John se levantó y salieron juntos de los barracones.
—Podría largarme de aquí y nadie se daría cuenta —dijo Darla.
—Podrías. Pero ¿qué sería de mí? —dijo John en tono meloso mientras le pasaba el brazo sutilmente por la cintura.
—En serio. No quiero seguir haciendo esto. —Darla se paró en seco. Junto a la cafetería había una palmera envuelta en llamas, el sol cada vez estaba más cerca. Apenas salían durante el día y las gafas que les proporcionaba el ejército eran útiles solo durante un par de horas.
—Solo son como nosotros por fuera —dijo John.
—No creo que aguante esto mucho más. Nos utilizan. —Darla cogió a John del brazo y se refugiaron del sol junto al tejadillo de la cafetería—. Esta noche se acabó.
—Está bien. Pero será complicado, todos te adoran por tu faceta asesina y no te dejarán sola ni un segundo.
—Durante la emboscada echa a correr hacia las colinas rojas. Nos veremos en la cima a media noche.
Se fundieron en un beso caliente y agotador, cerrando un trato que les podría costar la vida a ambos pero que les daría la libertad de decidir a quién matar y a quién no durante el resto de su existencia.
¿Qué os ha parecido? ¡Yo me quedé con muchísimas ganas de saber más sobre John y Darla y su historia de amor! Si os ha gustado, no dudéis en hacerle una visita a Laura tanto a su blog como a sus redes sociales (¡es súper simpática y le hará muchísima ilusión!).
Desde aquí, darle las gracias a Laura por haber participado ¡y desearle muchísima suerte con TODOS sus proyectos!
Desde aquí, darle las gracias a Laura por haber participado ¡y desearle muchísima suerte con TODOS sus proyectos!
Alicia
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