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¡Hola a todas/os! ¿Cómo estáis? ¡Espero que genial! Mi semana está siendo un poco ajetreada porque estoy preparando unas cuantas cosas para el curso y tengo que ponerme con un artículo de la uni, ¡PERO aquí me tenéis! :P
Esta vez os traigo una entrada sobre los diálogos y su estructura básica, ¡que sé que a muchas/os os interesa! Concretamente voy a hablaros de los diálogos directos; es decir, en los que el narrador reproduce las palabras exactas de los personajes y cuya estructura se inicia con raya. Si queréis que haga una entrada específica para hablar de los diálogos indirectos, sólo decídmelo en los comentarios.

Cuando hablamos de los diálogos de estilo directo, podemos incluir los diálogos con acotaciones del narrador (abiertos) o sin acotaciones (cerrados). Estas acotaciones o anotaciones están precedidas por rayas y aportan información al lector sobre la acción o la tonalidad del personaje que habla. Te dejo unos ejemplos para que veas mejor la diferencia entre unos y otros:

—Hola, me llamo Julia —musitó la joven. ↠ Diálogo con acotaciones (abierto) del narrador.
—Hola, soy Julia —dijo la joven—, ¿y tú eres...? ↠ Diálogo con acotaciones (abierto) del narrador.
—Hola, me llamo Julia; ¿y tú? ↠ diálogo sin acotaciones (cerrado) del narrador.

¡Hola a todas/os! ¿Cómo lleváis la semana? Espero que estupendísimamente :).
Hoy vengo a hablaros de un tema que me parece súper interesante y a la vez muy íntimo: el talento y su papel en el oficio de escritor.
Supongo que todos los que nos dedicamos a escribir nos hemos preguntado alguna vez si realmente servimos para ser escritores o si tenemos madera para dedicarnos a ello. No es extraño plantearnos esto, incluso cuando llevamos varias novelas escritas sobre nuestras espaldas. Así que, si vosotras/os también le dais vueltas a estas preguntas y queréis salir de dudas, seguid leyendo ;)


¿Qué es el talento? Podríamos clasificarlo como una habilidad innata. En ese caso, también podríamos decir que Mozart tenía talento para componer música, ¿o no? Creó obras de una calidad e innovación impropias de su época. Nadie duda que destacara entre los demás, ahora bien: ¿su éxito se debió a una simple habilidad natural? ¿Eso es lo que le hizo triunfar? No. Ni de lejos.
El talento nace de una predisposición innata, que no de una habilidad innata. Y cuando hablamos de predisposición innata, podemos hablar de pasión, de vocación. Si aceptamos que el talento es el fruto de la pasión, aceptamos que es consecuencia del trabajo.
Así pues, no necesitas talento para ser escritor. Necesitas predisposición.

Cuando era pequeña, tuve varios fracasos relacionados con la escritura. Por aquel entonces, mi vida estudiantil rotaba única y exclusivamente en torno a ser escritora. Recuerdo dos concursos de relatos que hicieron en clase en los cuales no escogieron mis textos. Me deprimieron tanto que dejé de escribir por un tiempo: pensé que no servía para ello, que no tenía talento y que nunca conseguiría nada. Qué tonta fui.
Sé que ninguna de las personas que ganaron esos concursos ha seguido escribiendo, mientras que yo volví a escribir hace unos cuantos años. Una autopublicación, dos novelas acabadas, cien ejemplares vendidos y una nueva novela en proceso, Forgotten, son las consecuencias de estos años de trabajo. La pasión que he sentido y siento por escribir, ha sido la única responsable de que haya continuado trabajando.
Siempre habrá gente mejor que tú, pero sin constancia, no conseguirán nada. Trabajar es la clave para mejorar. Mozart no fue un compositor exitoso por arte de magia o porque lo llevase dentro, no te engañes; fue un gran músico porque sentía pasión por la música y dedicó gran parte de su vida a mejorar, a trabajar y a crear obras. Nadie nace sabiendo. Por tanto, da igual la calidad actual de tus obras, lo importante es que NUNCA dejes de aprender, de luchar, de esforzarte y de escribir. Céntrate, ponte metas, alcanza objetivos: el talento es el resultado de un camino lleno de baches, alegrías y esfuerzos, así que cálzate unas buenas botas y a por ello.

Espero que os haya gustado el post y sobre todo, que os haya motivado a escribir y a tirar por la borda cualquier miedo que podáis tener acerca de vuestra valía como escritores. No os paréis nunca ante ningún fracaso o tropiezo porque perderéis el tiempo, y os lo dice una que se arrepiente de no haber escrito todo lo que debería a raíz de estas tonterías. Constancia, pasión, trabajo: es todo lo que un escritor necesita. Nunca os rindáis y seguid trabajando si de verdad es vuestra vocación.
Os veo el viernes con un nuevo capítulo de Forgotten. No olvidéis suscribiros al blog para no perderos ninguna entrada. Y ahora, decidme:

¡Hola de nuevo! ¿Cómo lleváis las vacaciones? ¡Espero que las estéis disfrutando al máximo! :D
Después de hacer un pequeño sondeo en mi Facebook sobre qué tema preferíais que tratase esta semana, me he puesto a trabajar en el más votado: cómo transmitir sentimientos en las novelas; así que hoy os voy a dar unos pequeños consejos al respecto. Ya sabéis, si queréis aprender a emocionar a vuestros lectores, a conseguir traspasar las barreras que os separan de ellos, o simplemente queréis mejorar como escritores, seguid leyendo :)



Quieres conseguir que tus lectores experimenten los sentimientos de tu protagonista como propios, que se sorprendan, que se enfaden o que lloren, pero no sabes cómo lograrlo. Si crees que tus descripciones son inútiles porque no consiguen transmitir lo que quieres, posiblemente es que falles en alguno de los dos elementos básicos: la adjetivación y la ambientación.
La adjetivación y la ambientación juegan papeles claves a la hora de emocionar a tus lectores, ya que la primera se encarga de comunicar los sentimientos del personaje y la segunda de crear un halo que le acompaña y hace comprender al lector el por qué de ese sentimiento. Una buena utilización de estos dos elementos hará que las emociones fluyan y atraviesen la novela.


Para conseguir una buena y correcta adjetivación tienes que tener muy presente en tu cabeza una palabra: precisión. La transmisión de las emociones nace de la precisión con la que utilicen los adjetivos. No es cuestión de que llenes párrafos enteros de adjetivos, sino que elijas el adjetivo adecuado, el que realmente comunica al lector lo que el personaje siente en ese momento.


La ambientación guarda una relación bidireccional con la adjetivación. Ambas están relacionadas entre sí, ya que la adjetivación se puede emplear para crear la ambientación y viceversa. Como es obvio, no es lo mismo escribir "el día era soleado, lleno de brillo y color" que "el día era frío y hostil" para expresar un sentimiento de tristeza. Un ambiente más ennegrecido siempre acompañará mejor a este sentimiento -¡a no ser que a nuestro personaje le encanten los días grises!-. En definitiva, la ambientación debe acompañar lo mejor posible al sentimiento de nuestro personaje.


Ahora que ya tienes claro que estos dos elementos influyen de manera directa en la transmisión de emociones, te recomiendo que practiques. Para ello, vamos a hacer una actividad. Solo necesitas papel y lápiz. Venga, que te espero :P
El ejercicio consiste en reflexionar sobre cómo te sientes ante diferentes emociones, así que para empezar escribe arriba de la hoja el sentimiento que quieras trabajar, por ejemplo, la felicidad.  Ahora escribe una situación en la que lo hayas sentido, por qué lo sentiste y cómo era la situación que te acompañaba. Por último, escribe varios adjetivos que describan tu sentimiento y la ambientación que te rodeaba.
Esta actividad te ayudará a conectar mejor con tus propias emociones, a entenderlas y a detectarlas. Nunca olvides que una buena transmisión de emociones depende también de la comprensión propia que tienes de las tuyas, así que mientras más las trabajes, mejor podrás transmitirlas.

Espero que os haya servido y sobre todo, que desde ahora en adelante logréis transmitir mejor los sentimientos de vuestros personajes y conseguir emocionar a vuestros lectores :D. Como siempre, dejadme vuestra opinión en la cajita de comentarios: ¿qué os parecido la entrada? ¿Se os da bien transmitir u os cuesta? ¿Qué hacéis vosotros cuando queréis emocionar a vuestros lectores? No olvidéis suscribiros para no perderos ninguna entrada y nos vemos el viernes con un nuevo capítulo de Forgotten :D